Amigo lector, ¿alguna vez ha tenido la oportunidad de capacitar a alguien? Seguramente que si pues todos somos profesores o alumnos de una manera u de otra durante toda nuestra vida. Sin embargo el gran problema que se nos presenta a todos es tener la capacidad de llegar efectivamente a las personas que capacitamos y generar en ellos los resultados positivos que deseamos. Recuerdo que en más de una oportunidad, cuando iniciaba una nueva labor, la persona que me capacitaba me decía: “yo solo explico una sola vez así que pon mucha atención y toma nota pues no me gusta repetir las cosas”. El hecho de que hubiera entendido la explicación o no resultaba irrelevante pues frente a cualquier problema que se pudiera presentar mi capacitador se justificaba diciendo: “yo ya se lo enseñe”.
Pasaron los años, fui asumiendo nuevas responsabilidades, comencé a tener personal a mi cargo y por supuesto, me llego al momento de cambiar mi rol de alumno al de profesor. Sin embargo, considerando los problemas que había tenido en mi capacitación, busque la manera de implementar una nueva metodología que no les generara a mis alumnos los mismos traumas que a mí me habían generado en su oportunidad. Esta nueva metodología me dio muy buenos resultados y fue muy utilizada por mis alumnos posteriormente. A través de este blog les deseo compartir a todos, en forma muy resumida, en que consistía ella:
1. Capacitación gradual e integral del trabajo: Como el subtitulo lo dice, sentaba al alumno a mi costado, junto con su manual y su cuaderno de apuntes, enseñándole paso a paso (desde lo mas fácil a lo mas complicado) el trabajo que tenia que realizar, poniendo énfasis en los puntos en donde tenia que tener mas cuidado y explicándole claramente el porque se realizaba el trabajo de una manera y no de otra.
2. Casos prácticos: Una vez que el alumno tenía claro toda la parte teórica le decía: ahora te toca a ti. Sentado junto al alumno supervisaba paso a paso el trabajo que ahora el tenia que realizar interrumpiéndolo solamente cuando se estaba equivocando, cuando respondía a sus preguntas o cuando lo guiaba para que el mismo pudiera encontrar las respuestas a las preguntas que me realizaba con el fin de desarrollar en el, el criterio que tenía que utilizar en su trabajo.
3. A la piscina: En esta etapa el alumno ya tenia que realizar independientemente el trabajo que se le había asignado, delegándole poco a poco las responsabilidades de su nuevo trabajo de acuerdo al grado de aprendizaje que había obtenido, absolviendo sus dudas cuando se le presentaran, ayudándole en los casos complicados o inusuales que tuviera y supervisando siempre su trabajo al final del día.
Los resultados de esta nueva metodología fueron excelentes, no solo por el grado de aprendizaje y criterio que obtuvieron los alumnos, sino sobre todo por los resultados que se alcanzaron en el trabajo. Es mi deseo que esta experiencia personal les pueda servir a todos.